Queridos Amigos!

 

El Equipo de „Europa por Cristo“ les desea un Nuevo Año lleno de bendiciones! Recemos para que nosotros y toda Europa nos acerquemos un poco más a Dios en este Año que comienza. Como Cristianos somos „Embajadores de Dios“. Y como tales, tenemos que vivir una vida auténtica y –en cualquier lugar- ser testigos de Dios.

 

Hoy nos enfrentamos al hecho de que mucha gente, incluso nuestros familiares y amigos, viven juntos con sus parejas –a menudo con hijos- sin haberse comprometido el uno al otro ante Dios. Este proceso equivocado también tiene consecuencias para la sociedad.

 

Aquí estamos llamados a ser los Embajadores de Dios con amor y compasión: ¡decir conscientemente „Sí“ el uno al otro es la base de una familia estable! En el siguiente texto la investigadora de la familia Philippa Taylor (Inglaterra) describe la diferencia entre sencillamente „vivir juntos“ y el matrimonio unido por Dios.

 

¡Por una nueva Europa!

 

Su Equipo de „Europa Por Cristo“

 

P.D.: ¡No olviden el Padre Nuestro diario por una Europa Cristiana!

 

 

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En lo bueno y en lo malo:

Perspectivas judeo Cristianas del matrimonio

por Philippa Taylor

 

“Una nueva rama de investigación está descubriendo que el matrimonio tiene unos poderososo y beneficiosos efectos en los seres humanos... estos descubrimientos merecen ser leídos por toda la sociedad occidental” (1).

 

Aunque el concepto de matrimonio y de la ceremonia que se le asocia varía en las diferentes culturas y en los disitintos sistemas legales, alguna forma o concepto de ello ha sido encontrado en todas las sociedades del pasado y presente (2). Por ejemplo , Judíos, Budistas, Musulmanes e Hindús, al igual que los Cristianos, han reconocido uniones comprometidas para toda la vida, que se han legalizado y formalizado dentro del marco de sus propias culturas.

 

Las prácticas occidentales han sido formadas por la visión Judeo-Cristiana del matrimonio, debido a las bases de la creación en la Biblia. (3) Estas pocas palabras en el Génesis establecen los ingredientes esenciales del matrimonio: un compromiso para toda la vida entre un hombre y una mujer y que se hace públicamente. Los textos del Génesis ilustran tres de los pilares sobre los que se sostiene el matrimonio: abandono, unión, „una sola carne” ("Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer; y vendrán a ser los dos una sola carne".). El abandono se refiere al establecimiento de una nueva familia, y de una unidad social, la unión indica el compromiso de fidelidad que uno promete al otro y „una sola carne” se refiere a la unión personal, el „ser uno” del hombre y de la mujer. El principal propósito de la relación sexual humana es la relación unitiva entre ambos pero yendo más allá hay el propósito de procreación y de construcción de una familia. Los dos constituyen el concepto bíblico del matrimonio.(4) El matrimonio también se describe en la Biblia como un pacto, con Dios por testigo. (5) Porque el pacto del matrimonio, fundado mediante votos vinculantes, también tiene como testigos a otras personas, el matrimonio tiene una dimensión pública importante.

 

Como contraste al compromiso público del matrimonio, la cohabitación es esencialmente un acuerdo privado entre dos individuos. Un halo de ambigüedad rodea la mayoría de relaciones de cohabitación. Éstas frecuentemente empiezan de un modo privado y corriente y aunque normalmente no es ningún secreto que una pareja conviva de forma conjunta, para los de su alrededor, el significado exacto y el estatus de la relación no es claro. Además normalmente no hay compromiso de permanencia en una relación de cohabitación, y así, no llega a realizarse completamente lo que indica la Biblia: „lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.

 

La creencia Judeo-cristiana es que Dios nos ha creado y que nuestra capacidad y fin para la relación: el matrimonio, es algo innanto de nuestra naturaleza humana. La universalidad del matrimonio dentro de las diferentes culturas y sociedades nos indica que el matrimonio no es sólo una invención o una fase particular en una evolución social. El matrimonio estará con nosotros de una forma u otra, como „un regalo natural” hasta que el Reino de Dios aparezca (6). Parte de la importancia de la concepción judeo-cristiana del matrimonio y su base en la naturaleza humana nos revela las muchas similitudes con las asunciones seculares naturales del matrimonio. Por lo tanto, Browning puede decir: „La teoría del matrimonio en Occidente ha tenido una dimensión religiosa, pero de entre los simbolismos de la religión puede encontrarse una variedad de características adicionales. Teorías Griegas, Romanas y Germánicas sobre el matrimonio y perspectivas filosóficas de Platón, Aristóteles, Kant, Locke, y Rousseau, subrayan esto”. (7)

 

No podemos asumir que la gente se case porque es „lo correcto que debe hacerse”, nosotros tenemos que hacer una llamamiento a la ley natural: principios que sostienen la verdad de nuestra condición humana y no por causa de ningún imperativo moral. Por supuesto, la cercana identificación del matrimonio con la religión puede llevar desventajas: a la gente le molesta que la iglesia pueda tener el control sobre sus vidas cuando no se adhieren a ninguno de sus principios fundamentales.

 

La sociedad de hoy pone muchos obstáculos al matrimonio. El problema en cuestión no es la idea de que el matrimonio se pueda perder, sino el daño personal hecho a los individuos al entender de forma permisiva la relación entre hombre y mujer: “Por lo que, cuando como Cristianos nos esforzamos en persuadir a la sociedad sobre este orden moral, no estamos actuando como si la institución del matrimonio dada por Dios estuviera bajo amenaza ontológica... no está en el poder humano el destruir finalmente el orden creado. Ningún movimiento Cristiano necesita defender el matrimonio: preferimos intentar conseguir proteger a los hombres contra los daños que sufren al ir en contra de de los principios del matrimonio”(8).

 

El „bien natural“ del matrimonio se puede ver claramente en los muchos beneficios que aporta a la sociedad, tanto a adultos como a niños, y que han sido bien documentados en todo el mundo. Empecé este artículo con una cita sobre los beneficios del matrimonio para nosotros, y concluyo con otra: „El apoyo emocional y control de los esposos anima la conducta saludable que afecta tanto emocionalmente como físicamente: descanso regular, dieta saludable, beber con moderación. Pero la clave parece ser el vínculo matrimonial en sí: tener un compañero que se ha comprometido para lo bueno y para lo malo, en la salud y en la enfermedad, hace a la gente sentirse más feliz y más sana”. (9)

 

Philippa Taylor es la Investigadora Senior de CARE (Christian Action Reserch and Education) y asesora matrimonial, de familia y bioética. Ha escrito numerosos periódicos y folletos, incluso „En lo bueno y en lo malo“ y „Considerando el coste: los efectos de la Crisis Familiar“.

 

Para más información:

* For Better or For Worse: Marriage and Cohabitation Compared, Taylor, P., CARE, 2005. www.care.org.uk/Publisher/Article.aspx

* Marriage: Sex in the Service of God, Ash, C., IVP, 2003.

 

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(1) Oswald, A, The Extraordinary Effects of Marriage, Warwick University, January 2002.

(2) Not necessarily monogamous marriage.

(3) “…At the beginning the Creator ‘made them male and female … for this reason a man

will leave his father and mother and be united to his wife, and the two will become one

flesh.’ So they are no longer two, but one. Therefore what God has joined together, let

man not separate.Matthew 19:4-6 quoting from Genesis 1:27, 2:24.

(4) Genesis 1-11, Atkinson D, Bible Speaks Today series, IVP, 1990.

(5) E.g. Malachi 2:14 ‘...The Lord is acting as the witness between you and the wife of your

youth ... she is your partner, the wife of your marriage covenant.’

(6) O’Donovan, 1994, quoted in Ash, C., Marriage: Sex in the Service of God, IVP, 2003.

(7) Browning, D. & Marquardt, E., Liberal Cautions on Same-Sex Marriage, 2004, paper

presented to Witherspoon Institute.

(8) Ash, C., Marriage: Sex in the Service of God, IVP, 2003.

(9) Waite, L, & Gallagher, M, The Case For Marriage: Why Married People are Happier, Healthier and Better Off Financially, Doubleday, 2000.